En los últimos años El Salvador, ha empezado a sufrir los efectos del uso inadecuado de los recursos, el aumento del consumo desmesurado, la distracción gubernamental, la despreocupación y abandono académico de algunas universidades sobre el ecosistema y el medio ambiente, principalmente los efectos del cambio climático. El aumento de los fenómenos catastróficos es preocupante y sus consecuencias son reales, por el aumento de las enfermedades, cambios en los patrones de la precipitación de lluvias, mayor riesgo de sequías, deslizamientos e inundaciones, amenazas a la biodiversidad y las altas temperaturas. Los principales escenarios que ya se experimentan del cambio climático son: Elevación en el nivel del mar, disminución de la disponibilidad del agua, deterioro de la biodiversidad y destrucción de los bosques, inseguridad alimentaria y proliferación de enfermedades, entre otras formas de expresarse. El aumento de la temperatura y los cambios en los patrones de precipitación, tienen implicaciones serias para la disponibilidad hídrica, agricultura, salud y otros ámbitos esenciales para el desarrollo y bienestar, pero principalmente por los apremios de la seguridad alimentaria.